sábado, 21 de enero de 2012

Experimentando... CUPCAKES

Ya que una se mete en esto de la repostería creativa hay que hacerlo a fondo, así que en diciembre me animé a ampliar mis conocimientos reposteros y asisití a otro curso de Esmeraldita, esta vez de cupcakes.
Gracias al curso de fondant que había hecho anteriormente era alumna aventajada con respecto a mis compañeras de curso, aunque tuve que ir a mi ritmo, ya que mi niña estaba allí conmigo y no me dejaba moverme con libertad. Lo que no puedo negar es que volvió a ser una mañana muy divertida y entretenida y salí de allí con la satisfacción de no sentirme tan tremendamente torpe e inútil, además de con un arsenal de chismes y productos para poder hacer cositas en mi casa.

Como la época era muy propicia los cupcakes eran con motivos navideños. Sí, ya podía haber tardado menos en colgar esta entrada, lo se, pero diciembre ha sido un mes muy caótico debido a mi vuelta al trabajo tras la baja maternal y mi tiempo no ha dado más de sí. Pero nunca es tarde, así que aquí os enseño el resultado del curso:

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Aprendimos a hacer las coberturas como la clásica buttercream o la de chocolate blanco y queso, y también modelamos y decoramos con fondant, además de hacer las pertinentes pruebas de sabor, como no. Debo reconocer que esto no me acaba de convencer en lo que a sabor se refiere, ya que nunca me ha gustado la repostería demasiado dulce (no me gustan las tartas de pasterlería, por ejemplo), el dulce en exceso me empalaga, y tanto el fondant como el buttercream llevan azúcar en exceso para mi delicado paladar. Aunque como me encanta la espectacularidad de la decoración no puedo dejar de querer aprender a hacer todas estas cositas, aunque para comérmelas tenga que retirarle la cobertura.

Tras esta primera experiencia con los cupcakes he intentado hacerlos en mi casa en dos ocasiones; la primera fue para la cena de nochebuena, tras hornear las magdalenas y preparar un bundtcake se me echaba la hora de la cena encima y con la cobertura no logré la consistencia adecuada, me quedaba muy suelta, así que los cupcakes se quedaron en tan solo un proyecto, y nos pasamos los días siguientes desayunando magdalenas caseras.

El segundo intento fue la semana pasada y, tras intentar un experimento con queso mascarpone que no salió bien porque se me cortaba la mezcla (creo que era porque la mantequilla a temperatura ambiente no casaba con el queso frio) opté por una cobertura de chocolate con menos cantidad de mantequilla que la buttercream, y el resultado fue aceptable: de sabor para mí empalagoso, para el resto de degustadores muy rico; de presencia regular, aún me falta mucho pulso con la manga pastelera, además de que se quedaba aire dentro y al echarla tenía que ir empalmando tramos. 

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Pero bueno, poco a poco, son los primeros de espero muchos cupcakes, aunque tenga que retirar la cobertura para comérmelos. Eso sí, las magdalenas deliciosas, las suelo hacer de vainilla aunque a falta de esencia de vainilla suelo echar chocolate blanco rallado, y son una delicia.

Me queda por contar otra de las especialidades de la repostería creativa, las galletas decoradas, ya que em animé a hacer galletas navideñas decoradas con fondant. Ea, ¡ya tengo tema para otra entrada!